
viernes, 2 de marzo de 2007
EL PERSONAJE DE VIOLETTA

LA TRAVIATA EN FILMS&ARTS
UNA VIOLETA DE NUESTROS TIEMPOS


Aquí presentamos un resumen de algunas declaraciones suyas a la hora de encarar el rol.
Violeta es una cortesana, nombre que se le da por el nivel social donde se mueve. Pero ella es una prostituta en un nivel social alto. Jugar un rol así no era fácil en aquellos tiempos. Incluso Dumas tuvo problemas cuando publico su novela, porque recogió un poco de su experiencia personal. Por eso mismo, en esa época no todo el mundo estaba dispuesto a interpretar un rol así.
Un rol considerado un poco ofensivo. Hoy por hoy todo esta dentro de una ópera.
Ella es una cortesana y lleva una vida como ella lo dispuso. Su motivo principal era tener amantes que la mantenían y la consentían con mucho lujo, llena de joyas.
Hasta que llega el amor…el amor…entonces se ve en forma clara que ella, para poder vivir con ese amor, debe desprenderse de sus lujos. Y bueno, allí se ve que ella no era tan profana. A eso se suma la enfermedad.
Aunque se supone que Violeta es un poco ligera de carácter, creo que en el primer acto, con ese amor a primera vista -si se puede llamar así-, ya deja ver que es una mujer con sentimientos. Y, de hecho, vemos que en el segundo acto ha renunciado a esa vida atolondrada. A lo mejor, el saber que tiene una enfermedad irreversible la lleva al sacrificio. Está claro que es muy buena persona, que tiene una gran fuerza moral, si no, la ópera habría tomado otro giro.
Por otro lado, es necesario recordar que siempre hay algo que te vuelve a tus orígenes, aunque creas que está todo superado. Las palabras de Germont en el dueto son muy fuertes y muy realistas. Obviamente, para Violeta son ofensivas, pero para quien ha tenido una trayectoria de cortesana, tiene además una carga especial, porque tocan esa parte débil.
Para gente como ella es muy fácil volver a cero. Eres bella, joven, puedes volver a esas vidas mundanas, insinúa Germont. Y Violeta siente que puede ser cierto. Creo que ella cede a esa realidad que le hace ver Germont.
Cuando me reuní con James Levine para hacer una nueva “Traviata” en el Metropolitan, al analizar las partes musicales, le dije mis intenciones de cantar el Addio…dos veces y él respondió que eso sólo sirve cuando la artista cree en lo que está diciendo. Hice el ensayo y me dijo Si hacemos juntos una “Traviata”, ten por seguro que cantarás esta aria dos veces. Nunca lo he hecho, pero oyéndote, creo cada palabra de lo que dices. Por eso no hago caso cuando me dicen que es una locura abrir esta aria.
Un compositor como él no pudo poner las cosas porque sí. Tomemos otro ejemplo: la muerte de Violeta. Aquí se ve que Verdi pensó y analizo hasta el último segundo. Cada instante musical, cada ritmo es exacto. Quizás le tomó mas tiempo escribir este final que toda la ópera. Porque es realmente increíble. Pero existe también la costumbre de hacer todo este final hablando en lugar de cantado, a pesar de que están escritas las notas. Si una lo hace con esas notas y con los ritmos que fueron escritos, todo tiene un efecto muy fuerte.
Con mucho humor, la soprano acepta este juego de asociaciones.
Violeta: amor.
Alfredo: desgracia (se ríe a carcajadas).
Flora: hipocresía.
Giorgio Germont: la cruda realidad.
Maria Callas: ejemplo.
ARGUMENTO DE LA TRAVIATA

Melodramma en tres actos con libretto de Francesco Maria Piave, basado en el drama La Dame aux camelias de Alejandro Dumas hijo. Estrenada el 6 de marzo de 1853 en el Teatro La Fenice de Venecia.
Personajes
Violetta Valery, soprano.
Alfredo Germont, tenor.
Giorgio Germont
Barón Douphol
Flora Berboix
Gastone
Marques D`Obigny
Grenvil
Annina
Giuseppe
Un sirviente de Flora, bajo
Amigas y amigos de Violetta y Flora, matadores, picadores, gitanas, siervos de Violetta y de Flora, enmascarados.
Argumento
Acto I
Salón en casa de Violeta.
Salón de una casa de campo en las afueras de París. Pero Alfredo la ha conquistado, evidentemente. Él y Violeta se han instalado en un hotelito cercano a París, en la campiña. Alfredo, solo, canta su nueva existencia feliz:"De miel bollenti spiriti" ("De mi espíritu fogoso"). Pero cuando entra Annina, la sirvienta de Violeta, le dice que ha estado en París, por encargo de su señora, vendiendo las alhajas de Violeta para pagar las deudas de la idílica vida que llevan los dos amantes. Alfredo, avergonzado, sale inmediatamente para París con el propósito de resolver la situación económica, que él desconocía. Entra en escena Violeta, que ha recibido una carta de su amiga Flora invitándola a un baile que se celebrará esa misma noche. Llega ahora Giorgio Germont, padre de Alfredo, que viene con el intento de acabar. Aquellas relaciones, sobre todo, porque cree que Violeta está arruinando a su hijo; pero descubre que, por el contrario, es Violeta la que está vendiendo todo lo que posee para mantener a los dos. Giorgio, no obstante, pide a Violeta que se sacrifique, renunciando a Alfredo, para no frustrarse el proyectado matrimonio de la hermana de Alfredo, "Pura siccome un angelo" ("Pura como un ángel"), y que la situación de su hijo es una desgracia para la familia. Así, pide a Violeta que abandone a su amante, pero que no le diga por qué lo hace. Ella, al principio, se niega a romper con su amado, pero finalmente, llena de tristeza, consiente en ello, pidiendo a Germont que diga a su hija que alguien se ha sacrificado por su felicidad: "Dite alla giovine" ("Dígale a la joven..."). Violeta escribe una nota a Alfredo, en la que le dice que lo abandona, sin más explicaciones, de tal modo que él pueda pensar que se ha portado falsamente con él. Germont, cada vez más conmovido por la nobleza de espíritu de Violeta, la abraza como haría un padre. Después, sale de escena. Violeta llama a Annina, y está a punto de entregarle la nota para Alfredo, cuando aparece éste. Violeta le pide que la ame tan apasionadamente como ella le ama a él: "Ammami, Alfredo", y se marcha. Alfredo no sabe lo que ha sucedido hasta que un mensajero le hace entrega de una carta en la que Violeta le dice que lo abandona. Lleno de angustia, ve entrar a su padre, que intenta consolarlo y le propone que regrese con él a su Provenza natal: "Di Provenza il mar, il suol" ("De Provenza el mar, la tierra..."). Pero Alfredo sospecha que Violeta se ha marchado con Douphol, su antiguo admirador. Y al ver la carta que Flora envió a Violeta, decide ir a la fiesta, encontrarse con Violeta y tomar venganza.
Cuadro II
Salón en casa de Flora. La fiesta de máscaras está en pleno apogeo. Unos invitados van disfrazados de toreros, otros de gitanos, mientras suena una música apropiada a estos disfraces. De repente entra Alfredo y se une a un grupo de jugadores de cartas. Aparece Violeta, del brazo del barón Douphol. Alfredo, que está ganando en el juego, hace alusiones insultantes que no pueden referirse sino a Violeta. Se produce una gran tensión entre Alfredo y el barón y el duelo parece inevitable. Sola con Alfredo, Violeta le pide que la deje, por la propia conveniencia de él. Esto hace aumentar la furia de Alfredo, que alcanza su punto culminante cuando ella le dice - sin revelarle la verdad de lo ocurrido - que ama al barón. Alfredo llama a los invitados, insulta a Violeta y les hace testigos -lanzando a Violeta una bolsa con dinero - de que ha pagado totalmente su deuda con ella. Mientras todos los invitados se muestran indignados por la conducta de Alfredo, entra Giorgio Germont y descalifica la acción de su hijo. En el concertante final se oye a la desdichada Violeta afirmando que sigue enamorada de Alfredo.
Acto III
Dormitorio de Violeta. Violeta vive sola con su fiel Annina; está gravemente enferma y apenas tiene dinero para sobrevivir. Se encuentra en cama cuando, muy de mañana, recibe la visita del médico que tranquiliza a la enferma, pero confiesa a Annina que le quedan muy pocas horas de vida. Se marcha Annina y Violeta vuelve a leer la carta que ha recibido del padre de Alfredo en la que le dice que ha revelado a su hijo el sacrificio de su amada y que Alfredo se ha puesto en camino para pedir perdón a Violeta. Mientras lee la carta, la orquesta interpreta la melodía de la canción con la que Alfredo se declaró al final del primer acto. Ella lamenta su enfermedad y recuerda los bellos momentos del pasado ("Addio, del pasato bei sogni ridenti"). Por la ventana entra a raudales el bullicio del carnaval, que se celebra en la calle. Vuelve Annina y da entrada a un visitante: Alfredo. Los enamorados se funden en un abrazo en el que todas las pasadas amarguras se han olvidado. Alfredo dice a Violeta que la llevará fuera de París ("Parigi, o cara, noi lasceremo"). Pero después de estos momentos de intensa alegría, Violeta se siente mal y envía a Annina en busca del médico, dándose cuenta de que su muerte está muy próxima. Entra en escena el padre de Alfredo. Violeta entrega a su amado un medallón, diciéndole que se lo dé a la mujer con la que se una en matrimonio. Annina llega con el médico y todos presencian la súplica de Violeta a Alfredo. Súbitamente cesa la agitación de la enferma. Y reviviendo los momentos felices de su amor, Violeta muere.
viernes, 23 de febrero de 2007
UN BALLO IN MASCHERA EN FILMS&ARTS

A las 10 y a las 18 horas, con repetición el día miércoles 28 de Febrero, a las 5, a las 14, y a las 19 horas.
Para prepararnos para la ocasión, aquí encontraras todo lo necesario para disfrutar y apreciar la ópera.
ARGUMENTO DE UN BALLO IN MASCHERA


PERSONAJES
RICARDO Conde de Warwick, Gobernador de Boston/Tenor.
RENATO
AMELIA
ULRICA
ÓSCAR
SILVANO
SAMUEL
TOM
UN JUEZ Tenor.
UN SIRVIENTE DE AMELIA Tenor.
Diputados, oficiales, marineros, guardias, hombres, mujeres y niños del pueblo, gentilhombres, cómplices de Samuel y Tom, siervos, enmascarados, bailarines
ARGUMENTO
La acción tiene lugar en Boston (EE.UU.), colonia inglesa, a finales del siglo XVII
Acto I
Cuadro I
Una sala del palacio donde se encuentra Riccardo, Conde de Warwick, reunido con sus funcionarios. Alguno de ellos-Samuel y Tom- están secretamente organizando una conspiración para darle muerte al conde. Entra Oscar en trayendo la lista de invitados para un baile de máscaras, entre los que está incluida Amelia, esposa del primer ministro Renato. Al ver su nombre, Riccardo reflexiona sobre su secreta pasión por Amelia, la mujer de su amigo. Su ensueño es interrumpido por la llegada de Renato, quien se ha enterado de la conspiración contra la vida de Ricardo, quien le prohíbe a Renato revelar el nombre de los conspiradores para no verse forzado a castigarlos, mandato que preocupa aun más al fiel Renato.
Oscar ingresa nuevamente con un juez quien pretende exiliar a la adivina Ulrica, por sus prácticas hechiceras. Oscar la defiende, y exalta sus poderes prodigiosos. Ricardo, divertido por la devoción de su paje por la hechicera, decide verificar personalmente la práctica de la hechicera y parte con su corte hacia su guarida. Decide realizar la visita como un hombre común, disfrazado de marinero.
Cuadro II
En su morada, Ulrica entra en trance invocando al Demonio, rodeada por mujeres y hombres del pueblo que vienen a escuchar sus profecías. Riccardo llega justo a tiempo para escuchar la predicción de riquezas y jerarquía que la adivina está realizando a uno de sus marineros, Silvano, quien se queja por la falta de reconocimiento de sus superiores. Al escuchar esta demanda, Riccardo escribe una nota de promoción y la introduce sin ser visto en el bolsillo del marinero. Silvano la encuentra, y los poderes de Ulrica son admirados.
Aparece uno de los sirvientes de Amelia, pidiendo una entrevista privada para su señora. Ulrica solicita que todo el mundo se retire para recibirla. Amelia se confiesa con la hechicera, y le pide una cura para el amor secreto que siente por Riccardo. Ulrica le recomienda ir al lugar donde se efectúan las sentencias de muerte, fuera de la ciudad y ahí durante la noche tomar una hierba que la salvara.
Riccardo, que se había mantenido oculto escucha los ruegos de Amelia y se emociona al saberse correspondido.
Entran los amigos del conde disfrazados, entre ellos también los conspiradores Samuel y Tom. Riccardo, consulta a la adivina acerca de su propio futuro. Ulrica, quien no lo reconoce le predice que morirá a manos del próximo que estreche su mano. Riccardo recibe la profecía despreocupadamente, y nadie quiere estrecharle su mano. En esos momentos llega Renato que sin haber escuchado la profecía le estrecha la mano.
Acto II
Aterrorizada, Amelia se dirige durante la noche al campo de ejecución a recoger su hierba curativa. Se sorprende al encontrarse con Riccardo, que había planeado seguirla en secreto, y protesta mientras él le declara su amor. Amelia está conmovida: ella también lo ama pero no quiere serle infiel a su esposo. La escena es interrumpida por la aparición inesperada de Renato, que viene de perseguir a los conspiradores desde la ciudad, y se adelantó a ellos para informar al Conde. Inmediatamente, Amelia se cubre con un velo para no ser descubierta por su marido, y Riccardo pide a éste que acompañe a la mujer hasta la ciudad sin descubrir su identidad. Aparecen los conspiradores que intentan desenmascarar a la mujer que se esconde detrás del velo. Renato intenta resguardar su identidad, pero Amelia se quita el velo para evitar la violencia, provocando la burla de los conspiradores. Renato, sorprendido por la traición de su amigo, pide a los conspiradores que vayan a su casa al amanecer.
Acto III
Cuadro I
En su casa, Amelia tranquiliza la furia de Renato. Cuando él amenaza con matarla, ella le pide abrazar a su hijo por última vez. Renato se conmueve y decide que es Riccardo quien debe morir en lugar de Amelia. Aparecen Samuel y Tom, los conspiradores, y Renato les pide incorporarse a su conspiración. Deciden quien será el que cometa el asesinato obligando a Amelia a extraer un nombre de un recipiente. Amelia saca el nombre de Renato. Los hombres acuerdan la contraseña "muerte". Llega Oscar con las invitaciones para el baile de máscaras. Amelia se da cuenta de que el baile es una ocasión propicia para el asesinato de Riccardo y decide protegerlo.
Cuadro II
Solo en su estudio, Riccardo decide enviar al exterior a Renato y a su esposa, un acto honorable para resolver la situación. Oscar trae una carta anónima enviada por Amelia en la cual le advierte sobre la conspiración, pero Riccardo se niega a parecer un cobarde y no acudir al baile.
Cuadro III
En el baile, los conspiradores no pueden distinguir a Riccardo de los otros invitados debido a las máscaras. Renato se interroga a Oscar, quien primero se rehúsa pero luego le entrega la información. A Renato que se escabulle entre los bailarines.
Amelia, oculta en su disfraz, le ruega a Riccardo que abandone el baile; él reconoce su voz y le cuenta su plan de enviarla al exterior junto a su marido. Aparece Renato y apuñala a Riccardo. Fatalmente herido, Riccardo defiende la inocencia de Amelia y antes de expirar perdona a sus agresores.
Si quieres leer el libretto completo en su original en italiano con traducción en español, te recomiendo el siguiente sitio
http://www.supercable.es/~ealmagro/kareol/