

Una de las mejores Violetas de fines de los noventa, fue Cristina Gallardo-Domas.
Aquí presentamos un resumen de algunas declaraciones suyas a la hora de encarar el rol.
Aquí presentamos un resumen de algunas declaraciones suyas a la hora de encarar el rol.
Violeta es una cortesana, nombre que se le da por el nivel social donde se mueve. Pero ella es una prostituta en un nivel social alto. Jugar un rol así no era fácil en aquellos tiempos. Incluso Dumas tuvo problemas cuando publico su novela, porque recogió un poco de su experiencia personal. Por eso mismo, en esa época no todo el mundo estaba dispuesto a interpretar un rol así.
Un rol considerado un poco ofensivo. Hoy por hoy todo esta dentro de una ópera.
Ella es una cortesana y lleva una vida como ella lo dispuso. Su motivo principal era tener amantes que la mantenían y la consentían con mucho lujo, llena de joyas.
Hasta que llega el amor…el amor…entonces se ve en forma clara que ella, para poder vivir con ese amor, debe desprenderse de sus lujos. Y bueno, allí se ve que ella no era tan profana. A eso se suma la enfermedad.
Es difícil encarar roles que parten con un pasado que tiene tanta prevalescencia en lo que sucederá en el transcurso de la ópera. Es más fácil partir de cero.
Aunque se supone que Violeta es un poco ligera de carácter, creo que en el primer acto, con ese amor a primera vista -si se puede llamar así-, ya deja ver que es una mujer con sentimientos. Y, de hecho, vemos que en el segundo acto ha renunciado a esa vida atolondrada. A lo mejor, el saber que tiene una enfermedad irreversible la lleva al sacrificio. Está claro que es muy buena persona, que tiene una gran fuerza moral, si no, la ópera habría tomado otro giro.
Por otro lado, es necesario recordar que siempre hay algo que te vuelve a tus orígenes, aunque creas que está todo superado. Las palabras de Germont en el dueto son muy fuertes y muy realistas. Obviamente, para Violeta son ofensivas, pero para quien ha tenido una trayectoria de cortesana, tiene además una carga especial, porque tocan esa parte débil.
Para gente como ella es muy fácil volver a cero. Eres bella, joven, puedes volver a esas vidas mundanas, insinúa Germont. Y Violeta siente que puede ser cierto. Creo que ella cede a esa realidad que le hace ver Germont.
Aunque se supone que Violeta es un poco ligera de carácter, creo que en el primer acto, con ese amor a primera vista -si se puede llamar así-, ya deja ver que es una mujer con sentimientos. Y, de hecho, vemos que en el segundo acto ha renunciado a esa vida atolondrada. A lo mejor, el saber que tiene una enfermedad irreversible la lleva al sacrificio. Está claro que es muy buena persona, que tiene una gran fuerza moral, si no, la ópera habría tomado otro giro.
Por otro lado, es necesario recordar que siempre hay algo que te vuelve a tus orígenes, aunque creas que está todo superado. Las palabras de Germont en el dueto son muy fuertes y muy realistas. Obviamente, para Violeta son ofensivas, pero para quien ha tenido una trayectoria de cortesana, tiene además una carga especial, porque tocan esa parte débil.
Para gente como ella es muy fácil volver a cero. Eres bella, joven, puedes volver a esas vidas mundanas, insinúa Germont. Y Violeta siente que puede ser cierto. Creo que ella cede a esa realidad que le hace ver Germont.
Me gusta hacer esta ópera sin cortes. Después de mucho analizar el texto de la segunda estrofa de Addio del passato llegue a la conclusión de que era fundamental cantar el aria completa.(…) el cantar “Traviata” entera me ayuda al desarrollo del drama. La única cosa que no me gusta mucho es la segunda estrofa de Ah fors`e lui, (…) aquí todavía no he encontrado una cosa que me dé la lógica, por eso aun no me animo a abrirla. Pero esta segunda estrofa de Addio del passato, que habla del final que le espera a Violeta, es lo más desgarrador y no se debería omitir.
Cuando me reuní con James Levine para hacer una nueva “Traviata” en el Metropolitan, al analizar las partes musicales, le dije mis intenciones de cantar el Addio…dos veces y él respondió que eso sólo sirve cuando la artista cree en lo que está diciendo. Hice el ensayo y me dijo Si hacemos juntos una “Traviata”, ten por seguro que cantarás esta aria dos veces. Nunca lo he hecho, pero oyéndote, creo cada palabra de lo que dices. Por eso no hago caso cuando me dicen que es una locura abrir esta aria.
Cuando me reuní con James Levine para hacer una nueva “Traviata” en el Metropolitan, al analizar las partes musicales, le dije mis intenciones de cantar el Addio…dos veces y él respondió que eso sólo sirve cuando la artista cree en lo que está diciendo. Hice el ensayo y me dijo Si hacemos juntos una “Traviata”, ten por seguro que cantarás esta aria dos veces. Nunca lo he hecho, pero oyéndote, creo cada palabra de lo que dices. Por eso no hago caso cuando me dicen que es una locura abrir esta aria.
Un compositor como él no pudo poner las cosas porque sí. Tomemos otro ejemplo: la muerte de Violeta. Aquí se ve que Verdi pensó y analizo hasta el último segundo. Cada instante musical, cada ritmo es exacto. Quizás le tomó mas tiempo escribir este final que toda la ópera. Porque es realmente increíble. Pero existe también la costumbre de hacer todo este final hablando en lugar de cantado, a pesar de que están escritas las notas. Si una lo hace con esas notas y con los ritmos que fueron escritos, todo tiene un efecto muy fuerte.
Con mucho humor, la soprano acepta este juego de asociaciones.
Violeta: amor.
Alfredo: desgracia (se ríe a carcajadas).
Flora: hipocresía.
Giorgio Germont: la cruda realidad.
Maria Callas: ejemplo.