
LA TRAVIATA
Giuseppe Verdi (1813-1901)
Melodramma en tres actos con libretto de Francesco Maria Piave, basado en el drama La Dame aux camelias de Alejandro Dumas hijo. Estrenada el 6 de marzo de 1853 en el Teatro La Fenice de Venecia.
Personajes
Violetta Valery, soprano.
Melodramma en tres actos con libretto de Francesco Maria Piave, basado en el drama La Dame aux camelias de Alejandro Dumas hijo. Estrenada el 6 de marzo de 1853 en el Teatro La Fenice de Venecia.
Personajes
Violetta Valery, soprano.
Alfredo Germont, tenor.
Giorgio Germont
Barón Douphol
Flora Berboix
Gastone
Marques D`Obigny
Grenvil
Annina
Giuseppe
Un sirviente de Flora, bajo
Amigas y amigos de Violetta y Flora, matadores, picadores, gitanas, siervos de Violetta y de Flora, enmascarados.
Argumento
Acto I
Salón en casa de Violeta.
Acto II
Cuadro I
Salón de una casa de campo en las afueras de París. Pero Alfredo la ha conquistado, evidentemente. Él y Violeta se han instalado en un hotelito cercano a París, en la campiña. Alfredo, solo, canta su nueva existencia feliz:"De miel bollenti spiriti" ("De mi espíritu fogoso"). Pero cuando entra Annina, la sirvienta de Violeta, le dice que ha estado en París, por encargo de su señora, vendiendo las alhajas de Violeta para pagar las deudas de la idílica vida que llevan los dos amantes. Alfredo, avergonzado, sale inmediatamente para París con el propósito de resolver la situación económica, que él desconocía. Entra en escena Violeta, que ha recibido una carta de su amiga Flora invitándola a un baile que se celebrará esa misma noche. Llega ahora Giorgio Germont, padre de Alfredo, que viene con el intento de acabar. Aquellas relaciones, sobre todo, porque cree que Violeta está arruinando a su hijo; pero descubre que, por el contrario, es Violeta la que está vendiendo todo lo que posee para mantener a los dos. Giorgio, no obstante, pide a Violeta que se sacrifique, renunciando a Alfredo, para no frustrarse el proyectado matrimonio de la hermana de Alfredo, "Pura siccome un angelo" ("Pura como un ángel"), y que la situación de su hijo es una desgracia para la familia. Así, pide a Violeta que abandone a su amante, pero que no le diga por qué lo hace. Ella, al principio, se niega a romper con su amado, pero finalmente, llena de tristeza, consiente en ello, pidiendo a Germont que diga a su hija que alguien se ha sacrificado por su felicidad: "Dite alla giovine" ("Dígale a la joven..."). Violeta escribe una nota a Alfredo, en la que le dice que lo abandona, sin más explicaciones, de tal modo que él pueda pensar que se ha portado falsamente con él. Germont, cada vez más conmovido por la nobleza de espíritu de Violeta, la abraza como haría un padre. Después, sale de escena. Violeta llama a Annina, y está a punto de entregarle la nota para Alfredo, cuando aparece éste. Violeta le pide que la ame tan apasionadamente como ella le ama a él: "Ammami, Alfredo", y se marcha. Alfredo no sabe lo que ha sucedido hasta que un mensajero le hace entrega de una carta en la que Violeta le dice que lo abandona. Lleno de angustia, ve entrar a su padre, que intenta consolarlo y le propone que regrese con él a su Provenza natal: "Di Provenza il mar, il suol" ("De Provenza el mar, la tierra..."). Pero Alfredo sospecha que Violeta se ha marchado con Douphol, su antiguo admirador. Y al ver la carta que Flora envió a Violeta, decide ir a la fiesta, encontrarse con Violeta y tomar venganza.
Cuadro II
Salón en casa de Flora. La fiesta de máscaras está en pleno apogeo. Unos invitados van disfrazados de toreros, otros de gitanos, mientras suena una música apropiada a estos disfraces. De repente entra Alfredo y se une a un grupo de jugadores de cartas. Aparece Violeta, del brazo del barón Douphol. Alfredo, que está ganando en el juego, hace alusiones insultantes que no pueden referirse sino a Violeta. Se produce una gran tensión entre Alfredo y el barón y el duelo parece inevitable. Sola con Alfredo, Violeta le pide que la deje, por la propia conveniencia de él. Esto hace aumentar la furia de Alfredo, que alcanza su punto culminante cuando ella le dice - sin revelarle la verdad de lo ocurrido - que ama al barón. Alfredo llama a los invitados, insulta a Violeta y les hace testigos -lanzando a Violeta una bolsa con dinero - de que ha pagado totalmente su deuda con ella. Mientras todos los invitados se muestran indignados por la conducta de Alfredo, entra Giorgio Germont y descalifica la acción de su hijo. En el concertante final se oye a la desdichada Violeta afirmando que sigue enamorada de Alfredo.
Acto III
Dormitorio de Violeta. Violeta vive sola con su fiel Annina; está gravemente enferma y apenas tiene dinero para sobrevivir. Se encuentra en cama cuando, muy de mañana, recibe la visita del médico que tranquiliza a la enferma, pero confiesa a Annina que le quedan muy pocas horas de vida. Se marcha Annina y Violeta vuelve a leer la carta que ha recibido del padre de Alfredo en la que le dice que ha revelado a su hijo el sacrificio de su amada y que Alfredo se ha puesto en camino para pedir perdón a Violeta. Mientras lee la carta, la orquesta interpreta la melodía de la canción con la que Alfredo se declaró al final del primer acto. Ella lamenta su enfermedad y recuerda los bellos momentos del pasado ("Addio, del pasato bei sogni ridenti"). Por la ventana entra a raudales el bullicio del carnaval, que se celebra en la calle. Vuelve Annina y da entrada a un visitante: Alfredo. Los enamorados se funden en un abrazo en el que todas las pasadas amarguras se han olvidado. Alfredo dice a Violeta que la llevará fuera de París ("Parigi, o cara, noi lasceremo"). Pero después de estos momentos de intensa alegría, Violeta se siente mal y envía a Annina en busca del médico, dándose cuenta de que su muerte está muy próxima. Entra en escena el padre de Alfredo. Violeta entrega a su amado un medallón, diciéndole que se lo dé a la mujer con la que se una en matrimonio. Annina llega con el médico y todos presencian la súplica de Violeta a Alfredo. Súbitamente cesa la agitación de la enferma. Y reviviendo los momentos felices de su amor, Violeta muere.